... Y su voz se apagó (Amalia Enriquez )

     

HACE 7 AÑOS SE APAGÓ SU VOZ, PERO SU LEYENDA SIGUE MUY VIVA

Rocío Jurado en el recuerdo

Hace ahora 7 años se fue, pero no sin luchar. En su ADN llevaba el espíritu peleón, guerrero, combativo. Se apagó su voz, una de las más grandes que ha dado nuestro país, pero el recuerdo sigue muy vivo para los que tuvimos el privilegio de conocerla..

 

Una semana después de esta fotografía le detectaron el cáncer que no pudo superar | Foto: Amalia Enríquez

Amalia Enríquez  |  Madrid  | Actualizado el 01/06/2013 a las 14:15 horas

Apenas había amanecido el primer día de junio del 2006 cuando sonó el teléfono de casa. Cuando eso ocurre, en la mayoría de las ocasiones, no es por algo bueno. Una vez más ¡así fue!. No por esperada me resultó menos dolorosa la noticia de su muerte. Rocío Jurado, tras casi dos años de lucha contra un cáncer duro de combatir, fallecía en su casa madrileña de La Moraleja, rodeada por toda su familia. La repercusión mediática posterior no hace falta que la recuerde. Es más, me atrevería a asegurar que los ecos aún no se han apagado siete años después, pero ese es otro debate complicado de resolver.

seis años sin su presnecia,pero sí con su voz | Foto: agencias

Recuerdo que, mientras me arreglaba a toda prisa para acercarme al Centro Cultural de la Villa (donde fue velada posteriormente antes de trasladarla a Chipiona), aparecía en el primer informativo de Antena 3 su hermano Amador, atendiendo a la prensa y explicando cómo habían sido los últimos momentos de Rocío. En ese mismo momento sonó, de nuevo, mi teléfono. Sin responder..ya sabía de qué se trataba.

Rocío Jurado | Foto: antena3.com

Al otro lado de la línea oí la voz de Jorge Salvador, en aquel momento director de CHANNEL Nº 4, donde yo colaboraba al lado de Boris Izaguirre y Ana García Siñeriz. No era el día de mi sección, pero la actualidad era prioritaria. Sabiendo de la cercanía que tenía con ella, me pidió (“si te encuentras con ánimo”, me dijo) que acudiera al programa para hacer una semblanza de Rocío. El directo era en Barcelona, así que me fui sin pensarlo a despedirla antes de coger el vuelo.
Llegué tan pronto a la plaza de Colón, que aún no la habían llevado. Ni siquiera estaba nadie de la familia. El destino que -a veces- programa bien las cosas, hizo posible que antes de marcharme llegaran todos…incluida ella. No hizo falta que nos dijéramos nada, sólo con mirarnos sabíamos el dolor que todos sentíamos. En milésimas de segundo se me pasaron por la mente grandes momentos con ella. Cuando escuchaba “a capela” en mis cenas el “cumpleaños feliz” o me subía el ánimo, tras un mal momento afectivo, cantándome al teléfono “Ese hombre”.
Muchos son los recuerdos que, incluso ahora escribiendo esto, se me vienen a la cabeza. Y es que era muy grande, de verdad. Irónica, cariñosa, leal, graciosa..Si era enorme como artista, era cumbre como persona. Estoy convencida que, si hoy estuviera aquí, ninguna de las cosas que está viviendo su familia las habría permitido. Era como la gallina con sus polluelos. Protectora en grado sumo, sufridora en silencio. No puedo menos que recordarla hoy de nuevo, aunque la tengo muy presente en mi día a día y sigo escuchando su música. Siempre digo que “a alguien se le olvida de verdad cuando dejas de recordarle”. No quiero que eso me ocurra con la gente a la que he querido…

La última fiesta que compartimos...y casi la última para ella también